lunes, 30 de mayo de 2011

Soy longa de aquí, alegre, pero también ‘cabreada’


Entrevista a Juana Guarderas/2011
Juanita, Maruja o profe Carlota, es como la conocen a Juana Guarderas. Ícono de la Comedia, representante de la sal quiteña, actriz de teatro y presentadora de televisión. Actualmente trabaja en Ecuavisa en el programa Así somos.
Una mujer de identidad intachable. Amante de su país, su profesión y por supuesto de su público. Sentada en el estudio principal de Ecuavisa, sonriente y bromista con todo aquel que transita por los alrededores, nos revela que lleva en sus entrañas la actuación y el sueño de una nueva cultura artística en el Ecuador.
Soy longa de aquí, alegre, pero también ‘cabreada’
¿Cuándo decidiste dedicarte a esta profesión?
Todo lo debo a mi niñez. Tuve una infancia muy bella, muy feliz, muy relajada, muy llena de juegos e imaginación. Cuando mis padres me hicieron conocer el mundo del teatro encontré allí la posibilidad de seguir jugando en la vida. Yo no quería crecer y la actuación me ayudó a romper todos los preceptos y las reglas que impone la sociedad.
¿La primera obra y el primer papel?
Fue en el Patio de Comedias a mis 17 años, con público y todas las de ley.
La obra se llamaba “Adicción a la Luna” y mi papel fue el de la princesa Aldina. Esa fue mi primera experiencia en el teatro y desde ahí no me volví a bajar del escenario.
¿Quién influyó más en tu forma de pensar cuando eras niña?
Mis padres. Tengo una grata mezcla de lo que más me gusta de mi Papá y lo que más disfruto de mi Mamá.
Mi papá me enseñó  a tener un espíritu amplio y generoso. Aprendí su humor inteligente y su capacidad de tener siempre una salida rápida para todo.
De mi madre herede su capacidad impresionante de trabajar y comprometerme con las cosas. En términos artísticos ella me enseñó a poder hacer realidad un sueño. En un país como este ser actriz o artista es complejo.
¿Ecuador ha promovido esta profesión?
No ha habido políticas que realmente impulsan o promuevan este quehacer. Ha sido un trabajo muy independiente y de autogestión.
¿A qué te hubieses dedicado si no fueras actriz?
Me costó orientarme a nivel de vocación, de hecho, tengo una licenciatura en Ciencias Internacionales. El teatro lo había tomado como algo secundario pensando en que no iba a poder vivir de la actuación.
Si no hiciera lo que hago, estaría poniendo en práctica mi gusto por las ciencias sociales, la antropología, la historia y la literatura, que fue lo que estudié, pero de una u otra manera las cosas siempre me vincularon al teatro y la tv.                                             
¿Dónde estudiaste?
En Estados Unidos. Estudié en Washington D.C en American University

¿Cuántos idiomas hablas?
Desde muy niña estudié y aprendí el inglés, francés, portugués e italiano (4) y quiero aprender quichua.
Eres una mujer relajada, llena de virtudes que siempre está transmitiendo alegría y buen sentido del humor ¿Juana tiene mal genio?
Sí, claro que si, ¡uf!, así como puedo ser muy positiva y muy echada pa lante, soy un volcán también y puedo ser mal genia y ‘cabreada’.
Qué te molesta?
Aparte de la injusticia, me molesta que la gente se quede callada y esto sucede en todo sentido en el Ecuador.
Yo no soy callada, si algo me molesta digo y eso me hace poner mal genio. Se me sube la mostaza.
¿El hacerte escuchar te ha ayudado a llegar hasta donde estas?
Yo creo que sí, ha sido algo que aprendí a lo largo de mi vida. Viajar, y hacerlo sola, me ha enseñado a no quedarme callada y a poder defenderme.
¿Cómo está Juana sentimentalmente? ¿Tienes pareja?
No y es una decisión personal el estar sola en este momento. El tener una pareja ha dejado de ser algo protagónico en mi vida.
¿Dejas abierta la posibilidad de emprender una nueva relación posteriormente?
Sí, cuando haya algo chévere y surja estaré y me entregaré como siempre lo he hecho.
¿Si hubiera libertad de elección, dónde vivirías?
Siempre he pensado en esto. Mis padres me brindaron la oportunidad de viajar desde muy chiquita. Me convertí en una mujer bien nómada. He estado por Sudamérica, Europa, llegué a Pakistán incluso. Conocí lugares que me tocaron mucho, pero siempre, siempre, siempre, mi corazón, mi alma, mi genética, mi sangre, mi piel, mi todo, la epidermis me traen a Nukallacta. ¡Yo soy longa de aquí! después de viajar tanto se que este es mi lugar. El Ecuador es donde quiero estar. Es mi templo, mi lugar sagrado.
Hay una identidad genuina que resalta en ti. ¿Qué nunca harías o a que te opondrías llevada por tu formación?
No haría cosas que le hagan daño al otro y que atenten contra sus derechos. Cosas que tengan que ver con la corrupción. Lo ético para mí es muy importante.
¿Juana se involucraría en la política?
Me han hecho propuestas para campañas políticas varios partidos e incluso tuve la propuesta de ir como asambleísta a Montecristi. Se me pasó por la cabeza aceptar, pero luego pensando dije: Zapatero a sus zapatos, ese no es mi rol.


¿Cómo te ves de aquí a un año?
Tengo un proyecto en el patio de comedias que quiero ir cuajando cada vez más. Quiero para ese lugar no solo una expansión física, quiero consolidarlo más como un centro cultural.
Es un proyecto a largo plazo pero en un año ya quiero empezar a ejecutarlo.
¿Qué consejo le darías a la gente que quiere seguir tus pasos?
En términos de lo artístico creo que el arte debería formar parte de la cotidianidad de todos los seres humanos. El ser artista no es un privilegio de unos cuantos escogidos. El arte y su sensibilidad esta en el interior de todos.
La humanidad deberíamos explotar, sin importar la edad, nuestra beta musical, pictórica, literaria, histriónica, la que sea porque lo que te entrega el arte no te da nada, ni nadie más. El arte le permite respirar al ser humano.

Por David Tufiño

“En mi familia son todos médicos, yo soy la oveja negra”

Entrevista a Oswaldo Viteri
Por Arianna Balastro



El 24 de mayo del 2011, el pintor ecuatoriano Oswaldo Viteri vestía un sencillo saco gris con una camisa celeste, tenía la barba muy bien arreglada y a las 16h30 se sentó para una entrevista en el estudio de su casa, al norte de Quito. La habitación es de techo alto con pesadas vigas de madera y está llena de cuadros colgados en las paredes o acomodados sobre caballetes, entre ellos hay un gran autoretrato del artista. En las repisas y en las mesas se esparcen brochas y pinceles desgastados que muestran el amplio uso que se les ha dado.
Este artista ambateño nació en 1931 y durante su carrera ha realizado ensamblajes, retratos, dibujos y murales que han sido expuestos en galerías de arte de todo el mundo. Ha trabajado con estilos como neofigurismo y expresionismo. Participó como jurado en bienales artísticas dentro y fuera del país, fue finalista del premio Príncipe de Asturias junto con Mario Moreno “Cantinflas” y es ganador del premio Eugenio Espejo que premia a los mejores exponentes de la cultura nacional. Ahora es anfitrión de su casa museo, donde tiene su taller y también una colección de arte privada muy popular entre turistas que acuden a ver las obras con una cita previa. En esta entrevista, Viteri contó un lado personal de su vida, dejando un poco aparte su carrera y logros profesionales.



¿Cuál es el primer recuerdo de su vida?
(Cierra los ojos mientras intenta recordar) Cuando yo tenía unos dos o tres años, recuerdo que mi padre llegaba a medio día de su trabajo, él era médico. Traía los periódicos y se sentaba a leer y yo que era niño quería que me viera y me atendiera. Entonces yo hacía rayas en los bordes blancos del periódico para llamar su atención. Desde luego mi padre me adoraba hasta el último, hasta cuando murió.
¿Quién es la persona más allegada a usted en su familia?
Fue, mi padre.
¿Él influyó para que usted se iniciara en la pintura?
No. Yo vengo de una familia de médicos, en mi casa todos fueron médicos. Yo soy la oveja negra de la familia
¿Y en algún momento sus padres le dijeron que no era buena idea dedicarse a la pintura?
No para nada, mi padre me intentó ayudar. Me dijeron que estudiara arquitectura por la relación que tiene con el arte. Yo soy arquitecto, esta casa fue hecha por mí, planificada por mí (señala con el índice las paredes y techos de su estudio)
Si no hubiese sido pintor, ¿fuese arquitecto?
No. Una vez me hicieron una entrevista en Madrid y me preguntaron si usted no hubiera sido pintor que hubiera querido ser y yo dije torero.
¿Alguna vez intentó torear?
Sí, de joven lo he hecho, de muchacho.
¿Y cómo le fue?
Mal (risas)
¿Cuál es su obra favorita?
Ojo de Luz. Ese cuadro ha sido muy significativo, cuando lo he llevado a museos en América y Europa, ese es el que más ha llamado la atención. Inclusive me han hecho pedidos para que sea la portada de libros.
¿Estaría dispuesto a vender este cuadro?
No, por el momento no.
¿Usted vende cuadros?
Sí, yo vivo del arte. Por ejemplo, por encargan un retrato y aquí viene la señorita, señora o señor para posar.
¿Quiénes son sus clientes?
Depende, diferentes personas particulares.
¿Se considera una persona malgenio?
No, tengo muy buen carácter. Me gusta hacer bromas y chistes, a veces no me dan bola mucho porque creen que me gusta hacer chistes un poco colorados.
¿Qué lo hace feliz?
Estar aquí en mi taller. Subir aquí la noche, solo en la madrugada y poner música cuando estoy pintando.
¿Qué música le gusta?
La clásica, tangos, flamencos y el jazz.
¿Algún músico favorito?
La cantante Estrella Morente (cantante española de flamenco), amiga mía y esposa del torero Javier Conde, también mi amigo.
Y en literatura ¿qué le gusta?
Antes leía bastante literatura ecuatoriana: Jorge Icaza, Joaquín Gallegos Lara, todo el grupo de Guayaquil. De los poetas Carrera Andrade me encanta, César Dávila Andrade con quien tuve una amistad. Ahora me intereso más por la historia.
¿En qué periodo de la historia le hubiera gustado vivir?
Me habría gustado vivir en el Renacimiento en Italia. Porque en este momento del la historia vivieron los más grandes pintores que tiene la humanidad. Me hubiera gustado, por ejemplo, conocer a Leonardo Da Vinci.
¿Le gusta el cine?
Sí cuando son buenas películas. Yo dejé de ir al cine, a mi señora le encanta, pero en los últimos años me he desilusionado con el cine. Aunque también he visto buenas películas, por ejemplo, El Cisne Negro me encantó, casi me hizo llorar. De lo ecuatoriano me gusta Sebastián Cordero y de (Camilo) Luzuriaga me gustó la película “La Tigra”.
Usted se suele quedar hasta tarde pintando ¿Cuántas horas de sueño necesita?
De siete a ocho horas.
¿Alguna vez ha pintado algo que soñó?
No.
¿En qué sueña?
No sueño. O bueno, sueño pero no me acuerdo.
¿Cuál es su rutina diaria?
No es bueno para la memoria seguir una misma rutina todos los días. Yo conozco a amigos pintores en Argentina que tienen como el taller como oficina. Van a las nueve de la mañana, almuerzan y salen a las seis. Yo pinto cuando me da la gana.

“El camino para solucionar las cosas es mostrar la verdad”


¿Quién es?

Sonriente, amable y en una oficina de vidrios claros y escritorio de madera, Milton Pérez, Productor Ejecutivo de Noticias de Teleamazonas, cuenta el lado desconocido de su vida.

Él, a pesar de no tener el título de Periodista (es productor audiovisual) ha trabajado durante más de 15 años en el canal. Ha sido reportero de guerra, periodista político y viajó a Haití para cubrir las zonas más afectadas en el terremoto registrado el 12 de enero del 2010, en el que según los portales web hubo más de 300.000 muertos.


¿Cuándo fue la primera vez que le besaron?
No me acuerdo. Creo que a los 15 años. Pero no recuerdo con quién fue. (se ríe)
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene?
Cuando nació mi primera hija. Creo que todos los padres te van a decir lo mismo, es algo diferente y más si es mujer.
¿Qué fue lo primero que aprendió?
Costumbres, modales, respeto; todo eso me lo enseñó mi madre “sustituta”, es decir mi tía, hermana de mi papá. Mis padres son divorciados y por eso viajé a Estados Unidos a vivir con ella, quien me enseñó todo.
¿Qué ha tenido que aprender por sí mismo?
A ser papá y a ser periodista, porque no me gradué como tal. Yo me gradué en producción visual. Durante 13 años he sido periodista de calle, pero nunca estudié para eso.
¿Por qué?
Porque quería hacer otras cosas, esto fue un accidente. Entré a la televisión para ser periodista deportivo, pero me quedé en las calles.
¿Cuál fue su primer trabajo?
Fue un taller de diseño gráfico y publicidad que monté con un amigo cuando estaba estudiando. No ganaba ni un centavo, pero intentábamos hacer cosas. Pero mi primer trabajo realmente fue aquí (Teleamazonas).
¿Y su peor trabajo?
Estado en radio en cuatro oportunidades, pero nunca me terminó de ir bien. Me encanta, pero quizá por el tiempo lo máximo que estado ahí es un año.
Si no hubiera sido la televisión, ¿a qué se habría dedicado?
(Titubea) A ver, no se. He querido hacer tantas cosas. Primero quería ser piloto de avión, después biólogo marino. Pero creo que las cosas llegan por accidente, son como el destino. No hay mucho que planificar en la vida, sino esperar a que llegue el momento y decidir.
¿Cuál es su peor costumbre?
Soy medio dormilón. Creo que eso influyó en mis cortos espacios en la radio, porque eran tempranito.
¿Qué le hace llorar?
Los niños y los ancianos. Cuando veo un drama me afecta mucho, más ahora que soy papá.
¿Lo que más le enfada?
(Su rostro se torna rígido) El incumplimiento de la gente, la deslealtad, pero básicamente que la gente te ofrezca cosas que no va a cumplir.
¿Y lo que le hace sonreír?
La alegría de los niños, el fútbol. Aunque como soy hincha de Barcelona no tengo muchos motivos para hacerlo. (risas). Paso así, me gusta mucho ser feliz, pero también tengo mis momentos de explosión.
¿Cómo es su carácter?
Impulsivo en cualquier sentido. Para morirme de las iras o para reírme.
¿Con qué sueña?
Con mis hijos siendo unos seres humanos de bien, exitosos. No te voy a decir sueño con un Ecuador libre, porque el que no sueña con eso es un ignorante.
¿Qué hace en un día libre?
Dedicarme a la agricultura. Casi todos los fines de semana viajo a la hacienda de mi suegro en Quinindé para sembrar palma africana.
¿Dónde cree que estará dentro de cinco años?
No se, creo que aquí todavía (Teleamazonas). Me considero relativamente joven para seguir aquí. En diez quizá este dedicado a la agricultura.
¿Su canción favorita?
Me gusta de todo. Nacional, el rock, U2.
¿Y su película favorita?
Todas las de Nicolas Cage. No me gustan mucho las que hay que pensar. Por ejemplo Pantaleón Panta y las visitadoras no es mi estilo. (risas).
¿A quién admira?
A Juan Pablo II porque me pareció un hombre de paz. Fue por todo el mundo con un mensaje muy valioso.
¿Algo que nunca podría hacer?
Comer cuy, conejo, hígado.
¿En alguna cobertura tuvo que comer algo así?
Una vez, creo que era por el Oriente, me quisieron dar patas de tortuga. Entonces tuve que correr por el lugar para no ceder. (Risas)
Finalmente, ¿Qué periodismo anhela?
Uno más responsable. Creo que hay mucha politización del periodismo y por eso nos juzgan a todos.
Entonces, ¿estamos en una gobernabilidad mediática?
Creo que sí. Parece que no hay mayor enemigo que atacar a la prensa

Jacinto Bonilla: Entre el periodismo y el fútbol.


Por: Ramiro Salazar  Navas
Es su  incondicional y fiel amigo. El micrófono para el periodista ecuatoriano Jacinto Bonilla Pardo constituye un instrumento fundamental en la  vida periodística. En sus 35 años, este pequeño aparato lo acompañó a todas las canchas de fútbol y coberturas  deportivas. Desde campeonatos nacionales hasta mundiales, Jacinto ha desempeñado en el Diario El Comercio, en una emisora quiteña con Carlos Machado y en la Radio La Red, sus  dos máximas pasiones. El fútbol y el periodismo. 
Rodeado de micrófonos y cónsolas de audio en las instalaciones de Radio La Red, su lugar de trabajo. Jacinto Bonilla revela  lo que fue y es su carrera periodística y otros secretos escondidos de este  periodista deportivo.        
¿Quién es Jacinto Bonilla como periodista ecuatoriano?
Una persona que gusta de ese oficio, llevó 35 años ejerciendo esa carrera. Desde la primaria el micrófono ha constituido una debilidad para mí y siempre me ha gustado la radio y relatar fútbol.  A  los 17 años cuando cursaba 5to curso del colegio entre a una emisora de ese entonces popular de Quito con Carlos Machado y ahí fui ejerciendo mi carrera. Siempre fui un periodista muy pecoz. 
  ¿Cuál fue su primera experiencia como periodista?
Mi primera experiencia fue a las tres semanas de haber ingresado a la radio, Carlos Machado me mandó a cubrir a Manta el partido entre el Manta y el Aucas.  Fue algo de otro mundo para mí, viajé, yo mismo conecté los equipos. Fue la primera ocasión que transmitir un partido de fútbol.
¿Y su primer recuerdo en el periodismo?
Mi mejor recuerdo fue cuando cubrir para el diario El Comercio el mundial de Alemania en el 2006. Primero porque a Ecuador le fue extraordinariamente bien, además porque gané un premio a la mejor crónica deportiva entregada por  el diario El Mundo.  El premio era 3.000 euros que me entregaron en Alemania, además de placas y reconocimientos con mi nombre.
¿De qué se trata su crónica?
Fue un relato de 30 centímetros en el que describirá cómo vivieron los inmigrantes ecuatorianos en España la clasificación a segunda fase del mundial, lo que España no pudo alcanzar en esa ocasión. Ellos me contaron  que eso sirvió para tratarle al jefe de igual a igual y así  subir la autoestima de los ecuatorianos.
 ¿Qué o quienes le inculcaron en la carrera de periodista?
No me impulso nadie. Más bien tuve oposición en mi casa. Mi padre nunca quiso que fuese periodista, él quería que fuera médico.  Cuando mi mamá le contó que yo estaba trabajando en la radio, él me dejo de hablar por seis meses. Pero a mi me gustaba esa carrera y eso me impulsó a seguir. Mi madre siempre me apoyó, en cambió mi papá recién cuando estaba trabajando  empezó a apoyarme y  ahora continúa mi carrera.   
 ¿Cuando decidió dedicarse a está profesión?
Cuando empecé a trabajar en la radio. Pero fue difícil porque quería ser médico y ser periodista a la vez,  pero tenía que entrar a la universidad y ser alguien y me decidir por el periodismo.
 ¿ Cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido en su vida periodística?
 Fue el que me dio Carlos Machado. Me digo cuando hagas un comentario o juicio sobre una  persona trata de volverle a repetir mirándole a los ojos y personalmente, sino no lo hagas. Eso me ha marcado y siempre que hablo de alguien me imagino que está en frente de mi.  Uno nunca puede acusar a alguien de ladrón, tratarle mal, se debe ser respetuoso y fundamentar bien lo que va a decir.  Eso trató de indicarles a los periodistas más jóvenes que digan las cosas de frente.
 ¿En alguna ocasión le ha cogido los nervios al realizar una entrevista o presenciando  un  programa?
Indudablemente,  yo soy tímido por naturaleza.  Pero cuando se tiene que hacer una nota hay que hacerla y superar todos los nervios. Cuando  debutó Ecuador en ese partido contra Polonia en el mundial, estaba sentado en frente del computador y no sabía que escribir, es la tensión, los nervios, pero hay que imponerse y hacer. Es durísimo siempre hay nervios, cuando hay una programación o un partido especial, uno siente tenso dice ojala que no me equivoque, hay la inseguridad de uno, pero hay que vencer eso y hacer el trabajo.
 ¿ A nivel personal. Cómo es Jacinto Bonilla fuera de la cabina de radio y de los micrófonos?
Soy una persona normal. Me gusta la broma, reírme bastante, veo mucha televisión series, escucho música ecuatoriana. Estar en la casa con mis hijos. Hace poco jugaba básquet y fútbol, no hago mayor cosa, soy una persona normal.
  ¿Cuál es la faceta escondida de Jacinto Bonilla?
Me gusta mucho la televisión, veo series, películas. También colecciono música de recuerdo, baladas de los setenta y ochenta, mezclo música, como un DJ  pero amateur.
 ¿Le agrada cocinar, que platillos le gusta y cuales le disgusta?
(Sonríe).   No sé cocinar a lo mucho cocino una sopa de fideo, una tortilla de huevo, lo básico para no morirme de hambre.  No es mi fuerte cocinar, lo que me gusta es probar lo que hacen los otros. Me gusta la comida ecuatoriana, en especial la de la sierra, por lo general como de todo un poco, lo me desagrada son las ensaladas, eso no como mucho.
¿ Cuál es la peor costumbre de Jacinto Bonilla?
Soy una persona muy impaciente, ese es un defecto que no he logrado corregirme. Me gusta que las cosas salgan bien y rápido y eso no es posible las cosas llevan su tiempo para que salgan bien. Este es el peor defecto que tengo.
 ¿ Y eso le traído problemas?
Me ha aumentado el estrés,  siempre he querido que las cosas salgan bien y rápido y cuando no salen me desespero y me  ha traído más de una gastritis.
 ¿ Y cuál es la  buena costumbre de Jacinto Bonilla?
La constancia esta ha sido de las pocas virtudes que puedo tener.  Soy muy tenaz en lo que realizo, siempre estoy dando todo hasta que me salga. 
¿Qué es lo que más le enfada?
Cuando me topo con gente que no están en mi ritmo de cosas. Personas que no andan en mi camino, pero eso sucede siempre y ahí que vivir con  todo ello.  
¿ Y qué le hace sonreír?
(Risas). A veces las cosas que a mí mismo me pasan por mi  impaciencia.  También las actitudes que les ocurren a algunos compañeros. Siempre trato de verle a la vida con una sonrisa.
 ¿Ser periodista significa siempre leer, estar al tanto de todo. Usted con qué frecuencia lee?
Siempre estoy leyendo una revista o  un libro. Es una de las cosas que heredé de mi madre, ella me enseño ese hábito. Además en esta profesión el periodista que no leer esta complicado porque como se trabaja con el lenguaje, al leer le  proporciona recursos para escribir  hablar, le da palabras, sinónimos. A mí me fascina leer, no por obligación, sino por gusto.
 ¿ Qué tipo de lectura le agrada y cuál fue su último libro que leyó y que enseñanzas le dejó?
Me gusta mucho literatura, cuentos, relatos sobre fútbol, pero también leo novelas. Siempre estoy con un libro en las manos.  Leí crónica roja de un autor chileno que fue llevado al cine, novela muy apasionante. Últimamente he estado leyendo cuentos de fútbol de Fontana Rosa. Son alrededor de 500 de un autor argentino, periodista que tiene una forma hermosa de contar historias de fútbol.
¿ Cómo es un día libre ideal para Jacinto Bonilla?
(Suspiro). Me encanta permanecer en la cama hasta tarde leyendo el periódico y desayunando, es  uno de mis máximos placeres, tomar un buen café, salir a jugar fútbol con mis hijos y por la tarde irme a cine o ver una buena película, ese es mi día ideal. Pero esos días son escasísimos en el periodismo deportivo para Jacinto Bonilla.
¿Su lugar favorito para ir de vacaciones o pasar una temporada?
La playa. Por su tranquilidad y armonía que proporciona el mar.  Pero también me gustaría irme a la Argentina a ver fútbol como un aficionado y si es en el estadio de Boca podría estar todos los días viendo fútbol ahí. 
¿A quién admira más en ese mundo?
 A mis padres. A mi madre por la paciencia y a mi padre por tener un carácter exigente, ser muy duro. A nivel mundial admiro a Juan Pablo II un líder espiritual, más que un religioso una persona que transmitía un carisma enorme hacia los demás.

             


Por: Romina Garzón Baquero.


“El Periodismo es la manera más divertida de morirse de hambre”

Bajito y gordito, de sonrisa amplia y de espíritu jovial, Henry Olguín, colombiano, nacido en Cali hace 62 años, muestra que detrás del  Editor en jefe del diario más polémico pero, más vendido en el Ecuador, El Extra, existe un hombre profundamente enamorado. Enamorado de su profesión y de su “morochera”, como llama a su séptima esposa de 18 años.
Olguín, en una pequeña sala de 6 cómodas sillas, bajo un mosaico de “estrellas de la televisión”, relata sus experiencias, revela sus sentimientos, comparte sus miedos detrás de las escaramuzas, detrás del telón, bajo el manto de “El verdugo”  y muestra sus claroscuros.

¿Quiera saber si usted siempre sintió estas ganas por investigar, por saber, por ejercer el periodismo?
Bueno, yo soy hijo de periodistas, mis padres fueron periodistas. Mi madre fue una de las más famosas periodistas de Colombia, Margarita Cubillo, La Maga.
Yo estaba condenado a ser periodista. Mi madre me llevaba a mí al periódico desde muy niño. Yo crecí en los talleres de Diario El País, ahí aprendí a caminar entre los rollos de papel y la tinta.
 La leyenda dice que a Henry Olguín le echaron tinta en vez de agua bendita. No sé si será verdad pero, como si lo fuera.
¿Cuando decidió usted dedicarse a esta profesión?
Bueno, yo nací siendo periodista. A los 4, 5 años ya hacía periodiquitos de papel. En el colegio siempre fui el que hizo los periódicos del curso, del grado.
¿Se imagina haciendo otra cosa que no sea periodismo?
No, ¡no!
Bueno, ahora estoy empezando mi carrera como novelista.
Yo soy un reportero condenado a muerte, pero esto es otro tipo de periodismo realmente.
Yo no me imagino haciendo algo diferente, es más, yo creo que de aquí ya va a ser la muerte. Actualmente he aceptado el reto de dirigir toda la parte tecnológica de la comunicación del periódico. Para una persona que comenzó imprimiendo en plomo, hace ya 50 años, voy a cumplir en esto 50 años, es un reto increíble, pero vale la pena y me siento muy contento.
¿Qué se siente estar a la cabeza de un diario tan polémico como es El Extra?
¡Upa! Es una responsabilidad muy grande. Yo me he acostumbrado ya 23 años a no dormir. Yo duermo muy poco. Duermo unas 2,3 horas en la noche porque todo el tiempo tengo el celular encendido. Tengo 68 corresponsales llamando a las 2, a las 3 a y esa es realmente la manera más divertida que tengo yo, y que creo yo que se puede vivir del periodismo en la forma en que yo lo hago.
¿Por qué el Diario Extra tiene esta línea tan cruda, por así decirlo?
Siempre donde quiera que haya estado e instalado esta doctrina, la doctrina sensacionalista, no amarillista, que se basa precisamente en decir la verdad. Por eso usamos las fotos grandes, por eso usamos los titulares coloridos, por eso ponemos signos de admiración, en los títulos, porque yo considero que nosotros gritamos donde los demás susurran y, tenemos que contar esa historia diaria.
¿Pero no es lacerante la  información manejada de esta manera, para una sociedad que ya de por sí es tan violenta?
Cuando por ejemplo a mí se me acerca alguien y me dice usted me dañó el desayuno esta mañana con esa información, yo digo para mí: eso era lo que quería; dañarle el desayuno a los que viven protegidos por grandes paredes, con vigilancia en la puerta y que no saben que hay sectores donde las papas queman, donde ponerse unos zapatos deportivos significa, prácticamente, una sentencia de muerte, donde salir con una chica a bailar es casi una segura violación. Nosotros tenemos que trasladar esa realidad a las casas de los cómodos, a la casa de los que no se dan cuenta.
¿El Ecuador es cómodo?
Si, demasiado, demasiado cómodo. El Ecuador acepta  lo que está pasando sin preguntar.
¿La prensa “común” del Ecuador es cómoda?
Si, desgraciadamente sí. Es cómoda y no sólo es cómoda, es cómplice también porque, precisamente, nunca, nunca dijo lo que estaba pasando. Los únicos que gritamos eso como el pastorcito mentiroso “ahí viene el lobo a comerse la oveja” fuimos nosotros, el Diario Extra.
Ahora con el paso de los años hemos ganados la pelea.
Cuando yo veo a Ecuavisa transmitiendo crónica roja, yo me doy cuenta de que hemos ganado la pelea, cuando veo que ya todos los noticieros de tv tienen segmentos de crónica roja, cuando veo que el Presidente de la República que ha dicho que a nosotros si nos exprimen no sale sangre, compra un cuarto de página en la página 3, que es la más sangrienta, para anunciar sus cadenas de los sábados, me doy cuenta que estamos ganando la pelea.
¿Hay algo que le haga llorar a Henry Olguín?
¡Uy! Mucho. Soy un llorón consuetudinario. Yo lloro con muchísimas de las historias que nosotros mismos publicamos, lloro viendo películas, lloro leyendo libros. Los poemas de Fernando Artieda me hacen llorar. La realidad es que soy muy sensible.
¿Y al “Verdugo” algo le hace llorar?
Uuuu… cantidades de cosas. Cuando por ejemplo me hicieron esa campaña tan sucia… (Hace un gesto que denota su indignación) me transformaron en homosexual. Durante 15 días fui homosexual en Guayaquil, eso es bastante duro.
Yo me encerraba a llorar, no tanto por mí sino por los que hicieron eso. Pensar que a eso lo llaman periodismo…
No estoy de acuerdo con la prensa rosa. No estoy de acuerdo con el amarillismo de Héctor Cáceres, de Vamos con todo y este tipo de programas.
¿Usted considera que la tv miente?
Muchísimas veces.
En estos programas por ejemplo se miente raspantemente. ¿Qué tal lo que me hicieron a mi? Le pagaron 1800 a un homosexual para que fuera y me denunciara en la fiscalía por acoso sexual y dijera que si algo le pasaba era culpa mía, A los 3 días le hicieron un atentando. Querían matarlo, para llevarme a mí a la penitenciaría ¿y tú sabes en la “peni” cuánto dura Henry Olguín, editor de Diario Extra?…Me matan en 1 hora. Era la jugada increíblemente perversa. Querían terminar con mi muerte, y eso lo hicieron en Vamos con Todo.
¿El hecho de ser una figura pública ha afectado el aspecto familiar?
Claro. Las mujeres se cansan de quedarse peinadas y vestidas el día del aniversario porque tenemos que salir a cubrir una noticia y, se cansan de la permanente amenaza. Varias veces me han puesto bombas en mi casa. Mi casa la allanan permanentemente. Hemos tenido problemas cantidades de veces.
Mi hijos han vivido tiroteos en los que han tratado de matarme, y ellos, siendo muy niños ayudándonos a cargar las armas para defendernos.

¿Cuál es la prioridad de Henry Olguín?
Sobrevivir.
Sobrevivir para poder contar la historia, porque, ¿si me matan quien va a contar la historia? No le puedo dejar eso ni al Universo, ni al Comercio. Ellos sólo publican la verdad rosadita.
¿Henry Olguín cree en el amor?
Claro, profundamente. Este momento estoy recontra enamorado por séptima vez. Me he casado hace 2 meses con una niña de 18 años, una morochera del 28 de Mayo.
¿Qué hay de todos estos comentarios acerca de que las chicas, las jóvenes buscan el dinero de las personas?
(Ríe) En este caso, yo soy un arrendatario en el barrio Bellavista, mi mujer es propietaria en el barrio Bellavista. Tiene una casa hermosa. Tiene mucha mejor situación económica que yo, sin embargo, ella se enamoró del viejito que era su vecino Un día prácticamente se me declaró. Fue cuando me tocó revisar toda mi vida y decir: bueno, tu también estas enamorado, lo que pasa es que no quieres aceptarlo porque tú tienes el complejo de viejo.
¿Ha sido alguna vez timado?
Timado, engañado muchísimas veces.
¿Por quién?
Pues desde mujeres que me han puesto unos cuernos espantosos. Ese es el peor de los timos (ríe), hasta muchísima gente que me ha engañado, me ha mentido y me ha obligado inclusive, a meter la pata en mi profesión.
Ha habido crónicas e historias en las que yo he creído profundamente en una fuente, y luego me he dado cuenta de que me han mentido. He cometido todos los errores que se pueden cometer en periodismo, y sí, me han timado muchísimo.
¿Alguna vez le han propuesto participar en política?
Yo fui candidato a Alcalde en Cali y perdí por 200 votos la primera elección popular de alcalde y, he sido Concejal electo de la ciudad de Cali. Yo  he hecho política !si!
¿Y qué opina de la política?
Es mucho más sucia que el periodismo rosa.
(Carcajada) Con eso te digo todo.
¿Puede dormir?
Duermo profundamente las pocas horas en que puedo hacerlo, hasta que me timbra el teléfono porque me llama un corresponsal.
¿Y después de ver todas esas fotos, y toda la sangre, se puede dormir tranquilo?
Claro, claro.
Toca.
Toca muchísimas veces.
Duermo después de que pegaron 7 balazos; que eso es mucho más difícil de hacer después de que te hieren en esa forma.
Si uno cree que está haciendo las cosas bien, como es debido, sí se puede dormir
¿Si usted se despierta a media noche en que es lo primero que piensa?
Bueno, pienso en qué me despertó, cojo mi pistola y voy a dar una vuelta por la casa a ver que hay porque todos estamos expuestos a que en cualquier momento se metan los sicarios. Hoy en día en Ecuador, todos estamos expuestos. Y a mí que recibo un promedio de 3, 4 amenazas diarias, imagínate.
¿Esta situación que vive es un reto para usted?
Ya para mi es una costumbre vivir así unos 30 años de los 50 que llevo ejerciendo esta profesión. Nos ha tocado aprender a manejar armas, nos ha tocado aprender a usar un chaleco antibalas.
¿Alguna vez le disparó a alguien?
(Ríe) Me niego a responder hasta que esté presente mi abogado.
Sí, me ha tocado. Me ha tocado para defenderme, no una, varias veces.
¿Ha amenazado?
No. Los hombres no amenazan. Los hombres actúan cuando toca hacerlo.
¿Tiene tiempo libre?
Fin de semana cada 15 días. Lo aprovecho y me voy para Salango, a la orilla del mar.
¿Este sería su fin de semana ideal?
Si. Ese es mi fin de semana ideal, claro, con mi mujer, mi amigo Alfonso Pinargote, el tío del “Buen muchacho” que es el dueño de la hostería donde yo voy mientras termino de construir.
¿Porqué existe el “Lunes sexy”?
La inmensa cantidad de hombres de este país, que son la mayoría lectores del Extra exigen, ese “Lunes sexy”  que comencé a sacarlo desde el primer Lunes en que llegué en el año 88 a este país. Hoy en día las chicas ya no están con los senos al aire, lo cual me parece aburridísimo, pero bueno, así se impone ahora.
¿Hay algo que se negaría a hacer en periodismo y en su vida en general?
En la vida no aceptaría jamás tratar de hacerle daño a una persona que no me lo está haciendo, y no aceptaría, en periodismo, ni venderme ni comprarme.
¿Alguna vez Henry Olguín piensa retirase del periodismo?
Si Dios quiere, si. Si mis novelas se convierten en Best Seller, como todos los escritores deseamos, me retiraré en algún momento.
¿Para finalizar, qué le diría a una persona que apenas empieza en el quehacer periodístico?
Que apenas puedan cambien de profesión porque es la manera más divertida de morirse de hambre.

"Si volviera a nacer, sería militar otra vez"


Entrevista al General Juan Donoso


Apariencia gentil que contrasta con su fuerte mirada. El general Juan Donoso es, actualmente, uno de los militares retirados más reconocidos en el Ecuador. Es uno de los fundadores de la Academia de Historia Militar ecuatoriana y candidatos para ser miembro de la Academia Nacional de Historia. Además de una carrera reconocida en la rama militar, su gusto por la escritura se refleja en los libros que ha publicado. Cuando se retiró del ejército estuvo a cargo de la Cooperativa 29 de Octubre, fue Presidente del Club Deportivo El Nacional, y entre sus proyectos está la creación de un estadio para el equipo.

Su casa asemeja las de las haciendas. Tejas y madera. No hay espacio en las paredes. Todas están cubiertas de cuadros. Plantas en todas las esquinas, flores en el jardín. El hogar de uno de los primero paracaidistas ecuatorianos es todo lo contrario a la imagen fuerte y terca que reflejan las armas.  Al abrir la puerta, un refrescante olor a manzanas saluda a los visitantes. “Bienvenida a una casa donde me dedico a muchas cosas y pareciera como si no me dedicara a nada”, saluda Donoso. La investigación histórica es su actividad favorita. En los próximos meses publicará un libro dedicado a Antonio Ante.

¿Cuál es su primer recuerdo?
Campo. Campo. Cosechas, caballitos, perritos. Mis siete primeros años los pasé en la hacienda de mis padres. Todas las vacaciones de niño las iba a pasar allá. Inclusive los fines de semana. Nunca me regalaron ningún juguete. Pero, en cambio, me regalaban perros, una montura, un par de espuelas. La cercanía del campo, la siembra, la agricultura, los indiecitos trabajando, la cosechas. Los domingos nos reuníamos con todos los indiecitos para jugar con el niño “Juan”, así me decían. Estamos hablando de muchos años atrás.
¿Tiene algún hobby?
Pienso que si una persona no tiene un hobby, no le está sacando a la vida una de las cosas más lindas que es dedicarse a algo que a uno le guste. A más de la lectura, me gusta escribir, cuidar bonsáis, pintar y  sacar a pasear a mis perros.  Amo a los perros. Tengo un par de Boston Terrier y con ellos salgo a pasear, son mis grandes amigos.
¿Cuál es su raza favorita de perros?
Siempre me gustó el pastor alemán. Creo que es el perro más completo y fácil de ser manejado para diferentes circunstancias. Pero el espacio de esta casa no nos permitía tener uno. Me dije: no, ahora sí. Boston Terrier (sonríe). Busqué en el Ecuador y no encontraba un Boston Terrier. Me avisaron que había en Guayaquil una perra que había venido desde Canadá a tener cachorros aquí. Así compré a Amara. Pero, claro, necesitaba el esposo de Mara. Entonces vino Pedrito del Perú.
¿Considera que su consciencia naturalista fue influenciada por alguien?
Mis padres. Mi padre era un hombre de campo, era agricultor. Trabajaba mucho en el campo desde niño. Para suerte de familia, ellos siempre tuvieron propiedades agrícolas y ganaderas. Mi madre lo acompañaba porque no podría ser de otra manera (ríe). Todos los hermanos amamos el campo, mis sobrinos lo mismo. En la familia hay mucha gente que tiene propiedades agrícolas y ganaderas.
¿Cuál es el recuerdo que más le haya unido a sus hermanos?

(Mira sus manos) Tal vez  sería el recuerdo más fuerte, más feo. La muerte de mi hermano. Eso nos unió mucho. Él tenía 42 años cuando murió en un accidente de tránsito. Estaba en plena vida, era el mayor de todos nosotros y, claro, es un golpe muy fuerte cuando muere una persona joven que tiene toda la plenitud de la vida. Cuando alguien tiene ya edad y sufre alguna enfermedad, es como si aceptara que uno desaparecerá algún rato. Pero cuando una persona joven muere de un momento a otro, es un golpe muy fuerte. (Agacha su cabeza pensativo)Eso, nos unió muchísimo.
¿Quién fue su primer amor?

Mi primer amor fue cuando estuve en primer grado. Me enamoré de mi profesora de primer grado. Por ahí tengo una carta que le mandé a ella (señala en dirección a su estudio). Le dije que mi ilusión más grande era ir con ella a conocer el mar. Que yo no tendría ningún inconveniente si ella llevaba a su marido. Es más, yo le invitaría a tomar helados (se ríe).

¿Cómo reaccionó ella?

No sé. No recuerdo. Creo que me mandó a llamar a mi papá. Yo era un pobre niño enamorado. Pero, pasados los años, le volví a ver. ¡Qué fea señora!, Dios mío. Pero bueno, fue mi primer amor y, claro, yo la veía muy linda. Dicen que el amor es ciego. Pues esa fue mi primera ceguera.
Hablando de sentimientos, ¿qué se siente lanzarse en paracaídas?
La primera ocasión, sin lugar a dudas, el miedo. Somos unos mentirosos. Tras el primer salto decíamos que hicimos el conteo, que vimos el cielo, que hemos visto todo. Yo, al menos, no vi nada porque salté con los ojos cerrados... Después vino una serie de satisfacciones.
Los primeros saltos se tienen un poco de recelo, el resto ya no. El equipo que uno lleva es un equipo probado por mucha gente y es casi perfecto. Las fallas son humanas. Mucha gente rezaba en el avión y llevaban imágenes. Pedían a las imágenes y a los santos que les amparen. Yo no.
Entre sus gustos y hobbies, ¿la cocina es uno de ellos?
(Su risa se escucha en toda la casa) Si me pongo a cocinar, yo creo que se me puede cortar el agua caliente. Encima de eso a mi mujer le digo que, definitivamente, sé cocinar muy bien pero no quiero entrar a la cocina porque van a comenzar a abusarme y me van a hacer cocinar siempre. Luego terminaría afiliado al seguro como cualquier empleada doméstica. No quiero enseñar cuáles son mis atributos culinarios. No entro a la cocina. Pero lo que sí hago es exigir que cocinen bien, porque soy un poco goloso.
¿Cuál es su plato favorito?
Yo soy experto en algunos platos. Soy una especie de catador. Soy experto en locros, experto en ceviches, en caldo de patas. Soy experto en fanescas y bastante carnívoro. Creo que es imposible ser vegetariano. Al pasar por un puesto de fritada y solo oler eso es imposible resistirse. (sonríe)
Cuál considera usted que son sus buenas y malas costumbres?
(Suspira) Ayayay... Buenas costumbres, todas aquellas que me dieron en primera instancia mis padres. El colegio, la vida del cuartel. Porque la personalidad de un hombre está dada con su injerencia al medio ambiente y educación. Pero las malas costumbres… Me muero de las iras cuando me toca estar al lado de pendejos, y peor si los pendejos son superiores jerárquicos.
 ¿Quién considera que es su mejor amigo?
(Se queda callado) Soy un egoísta. Mi mejor amigo soy yo mismo, y la persona a la que más amo es a mí mismo (ríe). Creo que la persona más importante que hay en la vida es uno y debe cuidarse a sí mismo. Tengo muchos amigos, sin lugar a dudas. Agradezco la bondad que tienen ellos conmigo. Me hacen invitaciones. Comparto con ellos horas agradables. Pero no podría identificar a uno de ellos como mi mejor amigo.
¿Cuántas horas tiene de sueño y qué es lo que sueña?
No sueño nunca. Es una cosa un poco especial. Seguramente será porque duermo poco. Yo duermo unas cinco horas. Mi sueño es muy profundo y no me gusta que me lo corten porque ahí se me va el sueño y amanezco como búho (coloca sus manos alrededor de sus ojos, imitando a un búho). Si se me fue el sueño me levanto, me pongo a leer. Prendo la computadora y sigo escribiendo.  Hace tiempos que no lo he hecho pero antes tenía focos en mi estudio. Me ponía a pintar. A veces no me funcionaban las luces. Leo y escribo. Duermo poco. Hago siesta, cinco minutos. Me acuesto boca arriba y pongo las manos así (cruza sus manos sobre el pecho), practicando para lo que será el mañana.
¿Cómo considera que es un día libre ideal para usted?
Cuando vienen los nietos y comparto con ellos. A veces un día ideal es cuando voy a verle a mi equipo de fútbol, El Nacional. Pero a veces pierde y regreso con unos ánimos que no me aguanta nadie
¿Cuántos nietos tiene?
Tengo seis nietos. El primero se llama Juan Francisco. Mi otro hijo, tiene un varón que se llama Juan Diego. Y  también está Juan Pablo. A Juan Francisco le pusieron por mí. A Juan Diego le molesto  y digo que le pusieron por ese indio mexicano. Tengo un par de nietas que son gemelas a las que yo les digo que son los aretes de la luna. Todos son muy pegados al abuelo.
¿Qué hace con sus nietos?
Jugar. Me convierto en niño también. Pero son incansables y uno no alcanza (suspira con una sonrisa). Cada nieto tiene un bonsái, que está en mis manos y les daré cuando crezcan.
¿Cómo reacciona frente a una contrariedad?
Yo soy del signo cáncer. Parece que los del signo cáncer somos como el cangrejo. Vamos para adelante y para atrás. Nos encerramos, estamos callados. Cuando tengo iras exploto pero tengo un coraje que se me va muy rápido. Cuando hay estas contrariedades me aparto de todos. Me convierto en el cangrejo del signo cáncer.
¿Por qué se hizo militar?
(Ríe) me acuerdo que tenía un amigo que me llevaba a su hacienda. Solía decirme: Mira Juanito, tú o te haces militar o te haces cura. Pero eso es por los botones. Si te haces militar, todas las mujeres creen que los botones dorados son de oro y si te haces cura las mujeres que toda la abotonadura de la sotana es bragueta (sonríe). Mi hermano era militar, y quería imitarlo a él. Cuando terminé el tercer año en el Mejía entré al Colegio Militar. Ahí me comenzaron a lavar el cerebro. Pasaron los años y comencé a lavar cerebros yo también.
De las veces que ha estado cerca de la muerte. ¿Cuál es la que más recuerda?
Aterrizar con una avioneta que ya no tenía gasolina a las 18:30 en un carretero en Loja. En esa ocasión era ayudante del ministro de defensa. Paco Moncayo era ayudante del Comandante General del Ejército. Ambos pensábamos que íbamos a morir.
 En Marañón tenía que destruir, con un sargento y tres conscriptos, un material bélico y explosivos que estaban dañados. Nos encaminamos para destruir eso cuando me llamaron desde la prevención, frente a las oficinas, porque tenía una llamada por teléfono.
Cuando fui, alcé el teléfono y no contestó nadie. Dejé el  aparato y me iba a incorporar donde ellos cuando escuché una explosión. Murieron todos.
 Verónica Proaño

“Tirar un dedo para seguir adelante”


Entrevistado: Sven Pagot
Sven Pagot, cantautor, jardinero temático, amante desconfiado y músico. Es un ser nocturno, autor de canciones en francés y en español. Vive en el país desde 1997.
Sven, recorre la cuidad cuando todos los ‘animales nocturnos’ duermen.  Le gusta el lado oscuro de las cosas, se burla de las situaciones dramáticas como la muerte, el sufrimiento y las enfermedades. Es integrante del grupo ‘Nuages’, que fue parte del elenco del programa de entretenimiento ‘La noche con Pimentel’.
Es un hombre descomplicado, vive en una casa llena de cuadros, instrumentos musicales e inciensos. Vive solo y desde un asiento junto a la ventana de la sala, Sven abrió el lado oscuro de su vida.    
 
¿Quién influyó en tu forma de pensar cuando eras niño?
Cuando era niño la figura paternal, porque a pesar de tener una relación distante a la vez era cercana. Tenía mucho miedo a mi papa por sus castigos y su autoridad, pero también sentía admiración por él.
¿Cuál es el consejo de tus padres que llevas siempre contigo?
Mmm… Sabes siempre me fui en contra de todo lo que me decían mis papas, fui un poco rebelde.
¿Qué es lo que has aprendido por ti mismo?
Que complicado…. Bueno, primero ser autodidacta me parece más noble que ser estudiado, pues el autodidacta tiene q construir su camino y no tiene academia, libros ni profesores. Por eso lo que mejor que hecho es construirme como músico de esa manera.
Háblame de tu país natal. ¿Cuál fue tu peor trabajo?

Algunos (risas). Por ejemplo tuve una época que probaba medicamentos en un hospital de Paris y no hacía nada solo me sacaban sangre cada cierto tiempo, no había mucho riesgo en eso y era bien pagado. Aun no sé si esto fue un trabajo pero lo usé como fuente de ingresos. (risas).

Si no fueras músico. ¿A qué te habrías dedicado?
Al cine, es mi otra pasión. Desde temprana edad -algo que otros niños no lo hacían- empecé a ver cine de los años 30, 40 y 50. Recortaba cosas sobre películas que veía y tenía un diario lleno de esto. Cuando tenía 15 años, quise ser cineasta pero mi papá no me apoyó y después encontré el mundo de la música. 
¿Qué es lo que te hace llorar?
(Suspira) Dios, Bueno lloro fácilmente viendo películas melodramáticas. También con escenas de la vida diaria como la injusticia, la inequidad entre ricos pobres. -Es difícil contestar esto-. Soy sensible (risas).
¿Qué es lo que te hace sonreír?
Una buena película, una escena en mi barrio, palabras de alguien que grabo caminando. Me río de las cosas desagradables para el resto. Me encanta el humor negro, reír de todo lo dramático como la muerte, al sufrimiento y no por cinismo sino como un reto. Tirar un dedo para seguir adelante.
¿Cómo sería un día libre para ti?
Considero que he tenido bastante suerte porque nunca me sentí esclavo de nada, creo que todos mis días son libres. Hasta en mi único trabajo como profesor en la universidad, me dedico poco a eso, pero doy dos horas de clase diarias y lo hago con gusto.
¿Cuál es tu experiencia como profesor en la universidad?
A mí me ha enriquecido de manera teatral, el aula es como las tablas de un teatro. Yo soy el actor principal y los estudiantes están en el papel de público o coactores. Esto me ha desinhibido y me ha dado experiencia escénica.
¿Quién fue tu primer amor?
(Suspira) Hay Dios, mi primer amor remonta a la edad que aprendí a caminar, a buscar comida en todo lado.. Como a los 3 o 4 años con una prima Danesa que tenia.
 ¿Y tu primer beso?  
Con la misma prima, ya sabes amores de temprana edad muy inocentes y luego ya tuve amores de adulto.
¿Actualmente te encuentras con novia?  
(Risas) Si, si estoy con una chica como un año y medio. Nos va bien. Pero soy una persona difícil, pero me aguanto. (risas)
¿Qué es la música para ti?
La música como espectador es un lenguaje que transmite o dice algo, yo no veo la técnica de los músicos, que acordes hacen o que melodías usa. Escucho y si me conmueve es buena música para mí. El arte complace sin conceptos.
¿Cuál es tu inspiración al momento de componer?
(Suspira) Ufffff bueno, yo vivo en la capital, en una ciudad densa, grande y poblada de animales urbanos como los llamo, donde cada persona persigue sus metas; desde un ejecutivo estresado hasta una vendedora de rosas. Esto me inspira, las escenas que veo porque todo es como un cine gratis donde no pagas entrada y es mejor que los Multicines y el Cinemark.
Si tendrías que elegir algún país para vivir. ¿Cuál sería?
Ayayay, últimamente tengo la ilusión de conocer el suroeste asiático, pero no sé si quiero vivir en otro país. No me considero parte de ninguno, creo que soy quiteño porque es la cuidad en donde vivo y es mi mundo.
¿Qué lo que más te gusta comer?
Mmmm me gusta la comida de la Costa, los ceviches, mariscos, pescado, encocados. Comida de Manabí y Esmeraldas. La comida de la Sierra no es tanto de mi agrado.
¿Cuál es tu peor costumbre?
Ehhh mi peor costumbre tal vez escupir horriblemente después de cepillarme los dientes. Es la peor (risas).
¿Cuáles son los retos que te pones día a día?
Hay gente que se pone retos pero yo vivo el día. No tengo fechas para nada, pero quiero continuar con los cuatro proyectos. Uno de ellos es mi personaje del ‘payaso triste’, otro es la grabación de un disco clásico de la canción francesa y continúo con el grupo de jazz los ´Nuages’. También estoy escribiendo una novela que ya la llevo 15 años y espero algún día terminarla (risas), se llama ‘El hombre automático’.
¿Y de qué se trata la novela ‘El hombre automático’?
Bueno, el primer día de la novela es como el renacimiento del personaje, decide ser pasivo, se niega a decidir para ver si le va mejor en la vida.
Sven, ¿Cómo te miras en un año?
Aquí en mi casa, con las plantas de mi jardín más grandes, con el disco ya grabado y otro disco nuevo como cantautor. Tratando de ser feliz y esperando la muerte, porque está con nosotros desde que nacimos.
Si los jóvenes quieren incursionar en el arte, música, etc. ¿Cuál es tu mensaje para ellos?
Hay Dios, bueno el arte requiere de mucho trabajo, traten dedicarse a lo que les apasiona, no consideren la universidad como la panacea porque esta sirve para formatear. Al contrario abran sus mentes y traten de mejorar hasta el final, nunca estén contentos con lo que hacen.  
Andrea Arroyo