lunes, 30 de mayo de 2011

“Soy una persona constante, impulsiva, y alterada”




María Sol Corral fue Miss Ecuador en 1984, nació un 27 de marzo en Guayaquil, tiene dos hijos; Miranda (14 años) y Juan Andrés (12 años). Estudió asesoría de imagen y se dedica desde hace 5 años a la política. Actualmente es Vice-alcaldesa y Concejala del Distrito Metropolitano de Quito.
En el set de grabación de su programa, ‘El poder de la Imagen’, en las instalaciones de Gama TV, María Sol Corral cuenta sobre detalles de su vida personal y profesional. Dos sillas de mimbre y una mesa en el medio generan  un ambiente acogedor, como la sala de una casa, que se minimiza dentro del gran set lleno de cámaras y luces en el techo. Ella queda pequeña al frente del gran banner que se encuentra a sus espaldas con el nombre de su programa. La entrevista empieza y su asistente interrumpe varias veces para indicarle que no tiene mucho tiempo y que deben salir.
Cuando regresa en el tiempo y mira su pasado, ¿Cuál es el primer recuerdo que se le viene a la mente?
Si hago ese ejercicio así rápido el primer recuerdo creo que fue cuando estaba en un concurso de belleza. La noche de la elección de Miss Ecuador.

¿Quién influyó más en su vida cuando era pequeña? ¿Recuerda algún consejo de esa persona?
Mi madre. Siempre decía que la palabra es como un contrato firmado y que hay que respetarla.

¿Quién le ha hecho daño a lo largo de su vida?
Creo que yo misma. Nosotros somos especialistas en dañarnos y lastimarnos a nosotros mismos y responsabilizar de ese daño a los demás. Creo que cuando uno aprende a entender que uno permite que le hagan daño entonces se hace daño, pero si uno aprende a aislar las responsabilidades y las actitudes de los demás y a responsabilizarse de sus propias actitudes y acciones entonces el daño realmente no existe.

¿Cómo cree usted que se ha hecho daño?
Cuando normalmente uno se hecha la culpa de las cosas. Cuando decimos muchas veces, es mi culpa tal cosa, es mi culpa la otra o no soy lo buena que creí que era. Ahí empiezo a desvalorizar mi trabajo, mis acciones, mi persona y eso me hace daño. Ahora trabajo en hacer todo lo contrario, cuando empiezo a querer boicotearme a mí misma entonces cambio mis palabras y mis pensamientos.

¿Qué es lo que no le enseñaron en la escuela y tuvo que aprender sola?
No me enseñaron a trabajar en equipo. He tenido que aprender sola el hecho de que no es una voluntad única la que uno debe de aplicar sino que tiene que hacer consensos. Lo he aprendido apunte de trabajo todos los días, de trabajar con y para la gente. A que  las opiniones se construyen con los pensamientos de muchas personas alrededor de uno y que tiene uno que tener la generosidad y la inteligencia para poder aceptar y construir en colectivo y no en individual.

¿Ahora le es fácil trabajar en equipo o aún le cuesta trabajo?
(Risas), Todavía me cuesta por mi carácter porque soy un poco posesiva y dominante, me cuesta no ser autoritaria. Lucho contra eso todos los días. Hago un ejercicio donde siempre me siento con mis equipos y les pegunto qué opinan, qué ven, qué sienten y qué piensan. Ahí recibo la crítica de una manera absolutamente suave y positiva y sigo caminando.

¿Cuál fue su primer trabajo?
Mi primer trabajo lo tuve a los 16 años cuando trabajaba para un tío y le enseñaba a la gente lotes de terrenos. Ahí tenía una furgoneta y aprendí a manejar. Me sentía absolutamente orgullosa de manejar y enseñar a cada uno los terrenos.

¿Se siente bien al recordarlo?
Hermoso porque desde pequeña me gustó ser autosuficiente y hacer cosas de manera independiente y claro que me acuerdo cuando lo hice. (Sonríe)

¿Cuándo decidió ingresar al mundo de la política?
Hace 5 años exactamente ‘sin querer queriendo’. Cuando me separé de mi esposo, a los 38 años de edad, me puse a estudiar una maestría. Tardé dos años estudiando imagen pública y una de las disciplinas es la imagen política. Me metí en la campaña presidencial del 2006 como asesora de imagen de uno de los candidatos de minorías y a partir de ese momento un gran político me dijo “una vez que entras a la política es muy difícil salirte de ella”. Así que una vez estando detrás de bastidores, es decir ayudando a los políticos, tomé una decisión de ser una política y de aprender cómo se hace en primera fila.

¿Cómo se siente ahora que ya no está detrás de bastidores?
Feliz y enormemente orgullosa de haber tomado una decisión valiente, difícil y complicada porque requiere de mucho tiempo. Es un mundo que está categorizado por el resto de las personas y estigmatizado como sucio, tramposo, malo y usador. Al yo considerarme todo lo contrario de esas definiciones, estoy aportando a un mundo en donde la gente buena, transparente, positiva y constructiva también puede formar parte de la política y construir. Así darles un ejemplo a los más jóvenes y decirles “yo voy a abrirte un camino, no es tan malo como tu crees porque necesitamos gente limpia”.

¿Qué habría hecho en caso de no dedicarse a esto?
Me dedicaría a hacer obra social porque me gusta mucho formar proyectos y ver cómo ayudo a la gente y obviamente el trabajo permanente que tengo que es el de ser mamá. Si pudiera escoger uno solito aunque no me paguen nada entonces quisiera ser mamá 12 horas al día.

¿Cómo es su experiencia siendo mamá?
Hermosa, difícil y complicada porque son así los sectores de mi vida que he escogido. Soy una mamá sola, soy jefa de mi familia y hago las labores de papá y mamá. Me toca hacer la parte dura, la bonita, la suave, la estricta, la de formación de valores, de emociones y alegrías. Hago todo yo sola con ellos y creo que también es ese el otro gran desafío, el decir yo enfrenté mi vida y decidí hacerlo como madre y padre y me siento profundamente orgullosa con todos los bemoles que significa tomar semejante responsabilidad ante Dios, pero me siento muy orgullosa.

En el mundo de la política, muchas veces debe enfrentarse a públicos grandes, a cámaras, entres otras, ¿ha sentido nervios en estas ocasiones?, ¿Qué hace cuando siente nervios?
Pocas veces porque llevo 25 años frente a las cámaras y al público. Desde que era pequeña y me tocó ser Miss Ecuador empecé a desenvolverme frente a las cámaras, los medios y la gente. Hay veces en los que sí me pongo nerviosa, es algo muy natural. Me causa un poco de ansiedad los espacios abiertos, las tarimas. Cuando tengo que dar un discurso prefiero hacer en sitios cerrados. La última vez que me puse nerviosa fue en Yanbal porque habían 1200 mujeres y cuando vi que todas me miraban sentí nervios, pero claro tenemos técnicas los que somos profesionales en esto que nos ayudan inmediatamente a mitigar.

¿Cuál es una de las técnicas que utiliza?
Respirar cuando apenas llego y agarrarme del podeum. Eso hace una transferencia de energía y empiezo a mirar y a pensar en lo que digo y no en las caras de la gente. También empiezo a sonreír e inmediatamente el momento en que sonrío y saludo se me van los nervios.

¿Cómo definiría su personalidad?
Soy una persona vehemente, constante, apasionada, bastante determinada y decidida. Cuando se me pone algo en la cabeza puedo no saber muchas cosas pero aprendo rapidito. (risas)

¿Cómo reacciona ante las contrariedades?
Ahora estoy haciendo un ejercicio de apaciguamiento. Estoy aprendiendo a mantener el volumen bajo de mi voz y a no elevarlo. Normalmente me entra la frustración y desesperación y entonces más que gritar me altero y esa alteración hace que todo el mundo se ponga tenso y nervioso alrededor mío generando una mala vibra. Ahora procuro dejar mis problemas conmigo y no entregárselos a los demás.

¿Qué le hace comportarse de manera compulsiva?
Talvez cuando ‘no me paran bola’ mis hijos, estoy ahí saludándoles y ellos como que no existo. Eso me ocasiona frustración y también verles tan independientes me hace sentir como si ya no fuera necesaria para ellos.

¿Cuáles podrían ser sus defectos?
Soy impulsiva, irreflexiva y alterada son los peores defectos que tengo.

¿Qué le hace llorar?
La película de Bambi, el Gladiador. Soy bien llorona y todo me emociona. Creo que soy una persona con la lágrima a flor de piel. Me emociona la gente, cuando debo hablar en un lugar, cuando abrazo a la gente, en general lloro fácilmente.

¿Existe algo de lo que se arrepiente en su vida?
No, arrepentirme no, reflexionar sobre momentos de mi vida sí. No puedo arrepentirme porque la vida es una secuencia de momentos que no se repiten entonces para qué me voy a arrepentir de algo que ya lo hice, mejor aprender y modificarlo para lo siguiente. Lo maravilloso de la vida es que cada minuto nos trae una cosa diferente entonces el pensar que aquella cosa va a volver al mismo momento es algo que no va a suceder. Me siento muy tranquila en mi vida.

¿Qué retos se pone a sí misma?
Mis retos más grandes son encontrar una profunda espiritualidad en mi vida. El poder llevar siempre un mensaje de Dios, de fé, de amor a la gente, de que no me de miedo promulgarlo y propiciarlo. Poder ser más yo y menos fuerte sino más suave aunque parezca más vulnerable aunque no lo soy. Prefiero parecer una persona más accesible que distante. Trabajar más y más rápido para poder hacer más cosas por la gente, estar más concentrada en el crecimiento de Miranda y Juan Andrés y de llevar acabo e impulsar a los jóvenes a entrar en este ring que es todo un desafío.

Realizado por: María José Vargas

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